Ya de regreso, vio fuego en un bloque cercano y a una chica en la ventana. No se lo pensó dos veces y le dijo que se tirara. «Me quité la chaqueta, una gordita que llevo de pelo, y con ella la paré como pude, pero se pegó un buen porrazo», dice el artista, que pensó que era «una chiquilla de 15 ó 16 años» pese a que tenía 26.
Los bomberos le han preparado un homenaje, aunque Solera sólo piensa en descansar. Hubiera preferido que le enviaran una placa al hotel.
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